Tal vez nunca nos imaginamos que veríamos y viviríamos esta “realidad” pronosticada años atrás por personas consideradas en ese entonces “exageradas, salidas del contexto, alarmistas” y que además, cruzaban los límites de lo justo, verdadero y razonable con respecto a nuestro bello “PLANETA AZUL”.
Pero, es para pensar y repensar el hecho que las personas del común y los gobernantes no se ubiquen en la verdad y las diversas situaciones que cada lugar determinado del planeta y sus habitantes padecen a menudo en aspectos como lo social, económico, educativo, de salud, entre otras situaciones que debe enfrentar el ser humano, sabiendo que las soluciones las tenemos o podemos brindar las oportunidades e ingeniarnos las soluciones a las problemáticas que se presentan a diario.
Quizá si seguimos con las acciones de “nuestra vida normal”, creyendo que no le hacemos daño a ningún ser vivo o que simplemente es nuestra vida y la vivimos sin pensar en la trascendencia de nuestros actos, con esto estamos contribuyendo a que lo poco que nos queda de este maravilloso lugar llamado “PLANETA AZUL”, no sea conocido ni disfrutado por las futuras generaciones de seres humanos.
Es preocupante la falta de conciencia de todos los que habitamos este lugar, que en realidad somos quienes disponemos de la gran riqueza que poseemos y emplearla en tomar conciencia de que si no cuidamos este “LOCO PLANETA LLAMADO TIERRA”, nos queda muy poco por disfrutar, conocer y saber de él.
Debemos aportar un granito de arena desde nuestro quehacer diario para proteger, cuidar y diseñar campañas con estrategias relevantes para que en algún instante disfrutemos y seamos realmente felices con todo lo extraordinario que nuestro CREADOR nos dio y aunque no hacemos lo correcto siendo vigilantes, nos sigue ofreciendo hasta el más mínimo detalle que pueda ser contemplado por nuestro ser: Un amanecer, el trinar de las aves, un hermoso atardecer, el olor del pasto, la belleza de las flores, el susurrar del viento, las melodías de las gotas de lluvia y tantas otras maravillas que podemos compartir con todos los seres existentes y no sabemos aprovechar estos hermosos milagros.
Todo lo que pasa a diario en la tierra es nuestra culpa, pero no es el hecho de simplemente asumirla, sino tomar cartas en el asunto para remediar las diversas situaciones que podemos enmendar asumiendo acciones tan sencillas como depositar las basuras en su lugar, aprender a reciclar, cuidar cada ser que existe sobre la faz de la tierra y otras tantas que son sencillas, pero que a la hora de la verdad contribuirían notablemente en el cuidado de todo lo que existe y de lo cual nos beneficiamos en cada instante que existimos.
Es pues esta la invitación a cuidar nuestra vida y la un planeta maravilloso con cantidad de cosas por descubrir y disfrutar antes de que llegue el momento de partir de él.
María Helena Molina Velásquez. Coordinadora de Convivencia. Fundación Escuela Normal Superior “La Merced”.