Es factible que el docente cualifique su quehacer cotidiano y lo trascienda, teniendo en cuenta las herramientas que le proporciona la investigación, partiendo de lo elemental y lo que a diario sucede dentro del aula de clase a lo macro y general de una sociedad, de esta manera, el ambiente escolar deja de ser un espacio rutinario y aburridor, para convertirse en un espacio de aprendizaje y de exploración, donde el alumno como sujeto actúa para alcanzar un objeto, mismo que solo se define como la adquisición de conocimientos y saberes. Además, los factores investigativos deben apuntarle a la formación de personas capaces de esparcir lo que aprenden y aplicarlo socialmente, transformando e innovando, y obteniendo grandes y visibles repercusiones en la función educativa de la sociedad; de ahí la premisa que el ser humano es social por naturaleza y que necesita desarrollarse funcionalmente e íntegramente en comunidad, compartiendo intereses comunes y trabajando en conjunto por una mejor calidad de vida. Lo anterior, es lo que la escuela desde la investigación debe lograr, perfeccionar el individualismo para servirle al colectivismo.
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